Una invitación al equilibrio del descanso
- Daisy
- 9 oct 2024
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 10 oct 2024
Cuando escuché de Fundación El Retoño, me llamó mucho la atención la propuesta que traían. A Alejandra y Cristina las había conocido hace mucho tiempo en el GBU, y siempre nuestras conversaciones giraban en torno al cuidado de la creación y el rol del ser humano en esto. Por eso, cuando ellas contaron la decisión de fundar El Retoño, supe que sería un aporte tremendo a este tema. Sin embargo, no sabía que sería más que eso.
En septiembre del 2023, mi estado emocional y físico estaban en un nivel de agotamiento alto. Había tenido que detener muchas de mis actividades, e incluso tomarme forzadamente unas mini vacaciones. Y mientras buscaba qué hacer, recordé El Retoño y decidí desconectarme e irme una semana para poder retomar fuerzas y descansar.
Cuando llegué allá me di cuenta que más que solo conectar con la tierra -parte fundamental de la desconexión y el descanso- este lugar era un refugio para recargar fuerzas, conectar con Dios y aprender a vivir más lento.
Es por esto que quise conversar con ellas, "las guardianas del descanso", en mi podcast Ya no hay temor, para así conocer su propio viaje e invitación a descansar que les hizo el Señor.
La importancia del descanso y la relevancia en nuestras vidas
Desde la creación, Dios nos dio el trabajo como una bendición, pero no supimos ponerle límites. Y es por eso que volver al equilibrio del descanso y del trabajo es tan importante. Pero en el mundo cristiano, la idea de que "todo es como para el Señor", muchas veces se malinterpreta y terminamos perdiendo ese equilibrio.
Y es que el trabajar bien y el descansar bien es una lucha diaria, y aunque es difícil, vale la pena. Dios mismo después de crear todo -trabajar-, descansa. Ese es el modelo que marca los principios de cómo debemos vivir. Porque cuando hacemos una pausa, no la hacemos porque ya terminamos todo, sino porque es un acto de fe. Y es que es solo descansando y parando que recordamos que somos seres humanos, que somos limitados, que necesitamos dormir, comer y salir a caminar, y es en esa pausa que se hace real la confianza en Dios, recordando que no somos Él y que si hacemos más, no vamos a solucionar más.
Por muchos años, la falta de una comprensión teológica de estos dos conceptos y su relación nos ha llevado a trabajar de más, y por lo tanto a descansar mal. El hacer se ha vuelto prioridad por sobre el sentir y el ser. Decimos "Estoy sintiendo pena, pero debemos terminar esto antes, y terminamos convencidos de que "no hay tiempo para sentir".
Por eso una de las primeras prácticas para vivir el descanso de Dios es identificar nuestra forma de vida y de trabajar. Reconocer y arrepentirnos cuando hemos trabajado de más -ya que generalmente eso manifiesta mucho de lo que sucede en nuestro corazón (temor al hombre, deseo de aprobación, perfeccionismo)-, y así al fin, disfrutar del buen descanso.
¿Por qué Dios quiere que descansemos? ¿Cómo Dios revela en sus escrituras la importancia de descansar? y ¿Cómo nos invita a descansar?
El descanso como el trabajo son buenos. Pero el descanso tiene un lugar transversal en la biblia. La idea de reposo está presente de una forma constante en la vida que Dios propone que el ser humano viva. Incluso, si fueramos super literales con la biblia, la primera tarea del hombre después de ser creado es descansar con Dios el séptimo día de la creación. No es como que el descanso sea un regalo después de que trabajaste esos otros 6 días, la idea de "te lo ganaste" es muy de nuestra cultura y de nuestra época. Por el contrario, la propuesta de Dios es que después de que al sexto día crea a los animales y al ser humano y les da un mandato, al séptimo día ÉL dice "descansemos", disfrutemos de la presencia del uno y del otro. Porque el disfrutar de la presencia de Dios es lo central del descanso.
Mateo 11:28-29 nos muestra la transversalidad del descanso cuando Jesús dice "Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso. Pónganse mi yugo. Déjenme enseñarles, porque yo soy humilde y tierno de corazón, y encontrarán descanso para el alma." Lo más seguro es que los oyentes de ese momento se transportaron a todo lo que Dios les había indicado sobre el Shabbat en el Antiguo Testamento.
Incluso, para ellos, la llegada a la tierra prometida significaba no solo el disfrute de la tierra, sino que de la presencia de Dios con ellos, y por eso cuando el pueblo deambuló en el desierto de camino a la tierra prometida, también iban de camino al reposo de Dios. Sin embargo, a causa del pecado, el pueblo jamás alcanzó ese reposo, y por eso Hebreos nos habla de cómo Cristo es ese descanso que aquellos que estamos en Él, sí alcanzamos.
Por eso el concepto de reposo de Mateo no es solamente Jesús diciendo "vengan a mi los que están cansados y agobiados", sino que hay un transfondo grande dónde el modelo de plenitud de vida que propone Jesús, siempre estuvo en el plan de Dios. Sin embargo, ¿Cómo se veía eso en la práctica para ellos? En un principio fue a través de un día específico, y de reglas que ayudaban a alcanzar ese mandamiento. Pero finalmente esa forma que daba descanso físico, nunca pudo dar descanso al alma, sino que por el contrario, trajo en sí una carga pesada, porque a la luz del evangelio, ese descanso no lo daría la ley, sino solo lo podría dar Cristo.
No obstante, así como la ley -y el shabbat- no dieron descanso al alma, tampoco podemos ignorar el descanso físico y práctico. En las Escrituras está muy presente, y para el cristianismo de esta época recién es un tema que ahora está surgiendo, pero muy descuidado por mucho tiempo. Y es que en nuestra cultura descansar es flojera, y por eso está mal visto. Pero por el contrario de lo que se cree, el descansar no se trata de no hacer tus cosas, si no de que cada cosa tiene su tiempo y espacio.
Cuando Moisés le pregunta a Dios quien lo acompañará cuando lleve al pueblo a la Tierra prometida, le responde algo clave.
Éxodo 33:14: "El SEÑOR le respondió: —Yo mismo iré contigo, Moisés, y te daré descanso; todo te saldrá bien."
La idea de la presencia de Dios y el descanso siempre han ido de la mano, y nos lo hemos perdido en nuestra comprensión de la fe. Es muy importante entender esto, porque o sino caemos en buscar/crear fórmulas para conseguir las cosas, y luego nos vemos agobiados porque nos hemos autoimpuesto "los 10 pasos para ser un cristiano descansado", transformándose así en una cosa más dentro de una larga lista de pendientes. Sin embargo, el modelo de vida de descanso de Dios es totalmente distinto.
Dios quiere que en el descanso le disfrutemos y que lo experimentos con Él en su presencia. Es como si Jesús nos mirara y dijera "esto lo haces conmigo", "todo acá es conmigo". Porque en sí el descanso no es el fin último, el fin último es que estemos con Jesús y recordemos quién Él es, y es ahí recién cuando empezamos a cultivar una identidad descansada. Es en el reposo, en el disfrute de su presencia que conocemos al Padre, y le descubrimos como un Dios bueno y manso.
Cuando Jesús nos invita a descansar en Mateo, Él no solo nos dice que vayamos a Él, sino que incluso se describe a sí mismo. Dice "yo soy tierno", "humilde", "manso", es como que estuviera diciendo "bajen el ritmo, vengan a mí, yo no los voy a tratar mal porque no descansaron, sino que disfruten de mi amor por ustedes". Él realmente lo que anhela es que pasemos tiempo con Él.
Entonces ¿Por qué Dios quiere que descansemos? para que recordemos que somos criaturas finitas, que no lo podemos todo, y que nunca se supuso que pudiéramos con todo. Él dice hay un yugo, hay una tarea que hacer, pero es fácil, y ustedes son los que se están poniendo una carga que yo no les di, tratando de ser Yo en vez de acudir a Mí. Por eso el descanso es una herramienta que nos ayuda a volver a Él y depender de Él.
Por otro lado, tenemos toda esta cultura antibíblica del merecer... Es verdad, tenemos que servir en las áreas que Dios nos pone, pero eso no significa que si nosotros no lo hacemos, nadie lo hará, o que las cosas se van a caer. Y es cuando empieza ese pensamiento que creemos que si soltamos algo el mundo se cae, y empezamos a creernos Dios. Por eso el día del descanso es ese día en que le decimos a nuestra mente, cuerpo y otros que no somos Dios, y que a pesar de la lista de pendientes, hoy paramos y decimos: hoy te disfruto Señor, paro y como rico, y recuerdo que tu eres Dios y que estás a cargo. Como Jesús en la barca, que duerme y descansa porque sabe que hay un Padre que está en control.
Finalmente podemos deducir ciertas invitaciones y verdades que Dios nos recuerda:
1) Dios está en control
2) Él es bueno
3) Me invita a disfrutar su bondad
4) Descansa, no se supone que lo soluciones todo
Por eso el descanso es el resultado y a la vez la herramienta de pasar tiempo con Él. Cuando empezamos a vivir nuestra vida más acorde a Jesús, descansamos, y porque pasamos tiempo con Él al descansar, recordamos que es humilde, apacible, que nos ama y que somos sus hijos. El descanso nos hace más parecidos a Él.
Y por el contrario, cuando no descansamos somos déspotas, tomamos malas decisiones, somos desagradables y no soportamos a nadie. Porque cuando uno está descansado, le ofrecemos una mejor versión de uno mismo al otro. Pero cuando no... no podemos amar.
En el día de descanso, reconocemos quién es Dios y quiénes somos, y nos reponemos para servir y amar a los otros. Cuando descansamos también es para bendecir y darle nuestra mejor versión a los que nos rodean.
A lo largo de la Escritura Dios nos enseña que esta invitación a decsansar es el modelo de vida que Él tiene para nosotros, y que no es una invitación superficial, sino que profunda, que tiene una raíz en quién es Dios y quienes somos nosotros. Cuando conocemos a Dios, y le conocemos como este Dios clemente, tierno, amoroso, le amamos y disfrutamos, y cuando le disfrutamos, confiamos en Él. Por eso el descanso es también un acto de fe.
"Pequeña es la fe de quién a descansar no aprende" Papel Maché
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